Región Pacífica: epicentro de crisis social

Autor:

Roberto Angulo

Socio Fundador Inclusión SAS

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“No hay peor tragedia para un niño en este pueblo que salir a vacaciones”, me contestó un líder juvenil de un municipio a orillas del Atrato cuando le pregunté por qué había tantos niños y niñas con las mismas curaciones de gasa y esparadrapo en las piernas. Corría el año 2012 y yo trabajaba en Familias en Acción.

“Como están de vacaciones, salen a jugar a la calle o a bañarse en el río y se cortan con las latas y los vidrios de la basura. No hay peor época para ellos que esta. Por fuera del colegio no están seguros, no toman agua potable y pasan hambre porque dejan de recibir el refrigerio”, me explicó.

Al igual que los niños de esta historia, una persona en situación de pobreza multidimensional es aquella que cuenta con múltiples carencias de forma simultánea. En el caso de Colombia se miden 15 privaciones de las dimensiones de educación, niñez y juventud, salud, trabajo, vivienda y servicios públicos.

De acuerdo con el último reporte del Dane para el año 2020, la pobreza multidimensional de Colombia pasó de 17,5% a 18,1%, es decir que alrededor 489 mil personas cayeron en esta condición. Las alertas empiezan a aparecer más allá del dato nacional: por regiones, la mayor escalada se vio en la región Pacífica (Chocó, Cauca y Nariño), donde la pobreza pasó de 26,3% a 30,9%, lo que equivale a más de 1,1 millones de personas en esta situación.

En síntesis, la región Pacífica fue la que más aumentó su pobreza, la que registró un mayor porcentaje de población pobre y aquella donde los más pobres se empobrecieron más durante la pandemia.

¿Por qué ocurrió esto? A las privaciones estructurales de trabajo informal (89%), bajo logro educativo (61%) y sin acceso de fuente agua mejorada (29%), se sumaron los aumentos en desempleo de larga duración, barreras de cuidado a la primera infancia e inasistencia escolar, y fue esta última la que hizo que la región fuera el epicentro de la crisis social; al punto que aportó un tercio de la población nacional que cayó en pobreza multidimensional el año pasado (172 mil personas). Mientras que en 2019 el 3,4% de los hogares de la región contaban con al menos un niño que no asistió al colegio, en 2020 el porcentaje se disparó al 27,4%.

La crisis de la región Pacífica conjugó tres elementos: el costo de haber cerrado colegios en todo el país sin ninguna diferenciación por vulnerabilidad social o exposición al riesgo de contagio; la falta de conectividad que restringió el desarrollo de modelos educativos no presenciales y, finalmente, la dilación injustificada de esta situación en una insólita negociación de reapertura con Fecode.

Los tres elementos eran evitables y la lección aprendida no se nos puede olvidar: no hay peor tragedia para los niños de la región Pacífica que no poder ir al colegio.

Roberto Angulo
Socio fundador de Inclusión SAS
rangulo@inclusionsas.com

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