Las partículas elementales del desarrollo

Autor:

Roberto Angulo

Socio Fundador Inclusión SAS

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El jueves 25 de junio, por las inmediaciones del municipio de Tarazá, el padre de Yuliza Adarve Areiza avistó el cuerpo sin vida de su hija. Según confirmó alguien de la comitiva de pescadores y autoridades locales que la buscaban desde hacía dos días, el cuerpo sin signos vitales flotaba en el río Cauca “sostenido por un madero”. Yuliza, una niña de 13 años, había caído de una garrucha cuando intentaba atravesar el río desde el municipio de Briceño hacia una vereda del municipio de Ituango.

Una garrucha, es decir un sistema artesanal de poleas que accionan una canasta metálica con pasajeros, es la única forma que tienen desde hace 3 años los habitantes de la vereda de Palestina para llegar al municipio de Ituango, después de que el desastre de Hidroituango arrasara con el único puente peatonal con que contaba la comunidad para este fin.

Al respecto, EPM aseguró que “está ejecutando el cronograma definido con entrega del puente en octubre” y la personería de Briceño explicó que la demora se debió a discrepancias durante el proceso de concertación del proyecto con la comunidad.

El 14 de junio, este diario alertó sobre el hecho de que el país tenía “engavetados” $19.7 billones en recursos de regalías sin comprometer. Expertos y DNP coincidieron al explicar que la demora se debía a la transición de la nueva ley y al cuello de botella de estructuración de proyectos de los municipios y departamentos de una buena parte del país.

El 9 de junio Portafolio publicó una nota con el siguiente titular: “solo 2 casas se han construido en San Andrés y Providencia, tras Iota”. Dos casas de más de mil que contemplaba el plan original.

Los tres casos son sintomáticos del mismo problema: el inmovilismo en la estructuración de proyectos.

¿Cómo superarlo? Propongo algunas ideas para animar la discusión:

Primero, jubilar la figura del experto planeador (con todo y su glamour) y bajar a la escala proyecto el campo de acción de las disciplinas que se ocupan del desarrollo. Segundo, diseñar un arreglo institucional capaz de conformar una red de estructuradores de proyectos en todo el territorio nacional (esto implica volver sobre la idea de descentralizar al DNP). Tercero, utilizar los proyectos públicos de desarrollo como vehículos para estimular un mercado competitivo de estructuradores, de operadores y de alianzas público privadas cuando haya lugar. Cuarto, llevar la transformación digital a la concepción de nuevos modelos de negocio para la estructuración, implementación y supervisión de proyectos de desarrollo.

Albert Hirschman escribió alguna vez que el término proyecto de desarrollo connota introducción al mundo de algo cualitativamente nuevo, localización específica de una acción, expectativa de una secuencia de cambio, búsqueda de propósito, o simplemente: “determinación”.

El tema debería estar hoy en el centro del debate. Los proyectos son las partículas elementales del desarrollo.

Roberto Angulo
Socio fundador de Inclusión SAS.
rangulo@inclusionsas.com

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Imagen de portada: q´hubo Medellín

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