Pobreza monetaria en Colombia, sin ruido de fondo

Autor:

Roberto Angulo

Socio Fundador Inclusión SAS

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¿Cuál es el papel de la productividad laboral en el ritmo de caída de la pobreza monetaria en el país?

Alfred Marshall decía que “la exageración de los males inherentes a las condiciones económicas retrasa a la larga todo progreso social”. La cita nos sirve como un llamado a la sensatez, la polarización política en Colombia ha forjado una narrativa del cambio social que es una suerte de pelotera de balcón entre los gobiernos que se van y los que llegan.

La serie de pobreza monetaria es tal vez uno de los blancos más apetecidos por la trituradora de ideas de la polarización. Algunos dicen que la lucha contra la pobreza en el siglo XXI ha sido un fracaso, otros que un triunfo innegable. En Inclusión SAS diseccionamos las trayectorias de crecimiento, desigualdad y pobreza de Colombia en el siglo XXI y quiero anticipar un par de resultados.

Lo primero para decir es que Colombia redujo pobreza de manera sostenida entre 2002 y 2014. En un primer tramo entre 2002 y 2011 (comparable según línea de pobreza) redujo pobreza 15,7 puntos porcentuales, al pasar de 49,8% a 34,1% y entre 2012 y 2014, la redujo de 40,8% a 36,3%. Luego vino una fase de estancamiento hasta 2018, cuando empezó a empeorar como antesala al martillazo de la pandemia. La desigualdad medida según el Gini registró un comportamiento errático, pero tuvo etapas de reducción importantes en 2008-2012 y 2014-2017.

La velocidad de cambio de pobreza y desigualdad, al menos hasta 2017, fue similar a la del resto de América Latina, según lo mostró la Cepal.

Cualquier cambio en pobreza puede descomponerse como la suma de los efectos, crecimiento, desigualdad e inflación. Al aplicar esta descomposición, se observa que el crecimiento ha sido el motor de reducción de la pobreza en Colombia a lo largo del siglo XXI, sin embargo, y ojo porque aquí está la pepa del problema, su efecto ha perdido fuerza: entre 2002 y 2014 el crecimiento sacó de la pobreza a 1,5 millones de personas por año, luego pasó a sacar 850 mil entre 2014-2017, hasta reducirse a 320 mil por año hasta hoy.

Colombia sí logró alinear las fuerzas de crecimiento y desigualdad en favor de los pobres en el siglo XXI, y si revisamos el ADN de este crecimiento, observamos que entre 2002 y 2011 el ingreso laboral del 40% más pobre creció a una tasa mayor que la del promedio nacional.

La historia que muestran los datos está lejos de ser una apoteosis, Colombia aún registra niveles altos de pobreza y desigualdad, pero este relato tampoco es la crónica de un fracaso sin matices.

Varias preguntas emergen del análisis después de aislar el ruido de fondo:
¿Por qué el crecimiento ha perdido su fuerza reductora de la pobreza? ¿Cuál ha sido el papel de la productividad laboral en el ritmo de caída de la pobreza monetaria en Colombia?

¿Cómo retornar a una senda de reducción de la pobreza por la vía del crecimiento del ingreso laboral del 40% más pobre?

ROBERTO ANGULO
Socio fundador de Inclusión SAS.
rangulo@inclusionsas.com

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